12 abril 2011

Noticias en contra...

Un centenar de alumnos se niegan a cursar Ciudadanía tres años después de implantarse. 

Los padres denuncian que los profesores no se hacen cargo de los estudiantes objetores y que tienen que ir ellos al centro en esas horas.

Cada lunes a las nueve y media de la mañana Elena (nombre ficticio para preservar su anonimato) se sale de clase. Comienza la hora de Educación para la Ciudadanía para esta alumna de 4º de la ESO de un colegio concertado de Castellón. Su hermano David hace lo mismo cuando toca esta materia en su aula de 5º Primaria. Ellos son sólo dos del centenar de estudiantes de toda la Comunitat que siguen objetando a Ciudadanía en su tercer año de implantación, según apuntan fuentes de la Federación Educación y Desarrollo en Libertad (Fedel).
«Esta asignatura impone una visión antropológica fuertemente ideologizada así como una moral estatal obligatoria que no compartimos. Queremos hacer efectivo nuestro derecho como padres de educar a nuestros hijos en nuestras propias convicciones y lo estamos consiguiendo con nuestra determinación», defiende Domingo, el padre de Elena y David.
Educación para la Ciudadanía comenzó a impartirse en la Comunitat en el curso 2008/2009. Desde el principio se encontró con la oposición de progenitores, no sólo porque el primer año se dio en inglés sino por su contenido. Los progenitores cuyos hijos no acuden a esta clase aseguran que no están en contra de la asignatura en sí. «En Europa no existe la profunda carga ideológica que aquí padecemos. Se habla de principios constitucionales y democracia, una parte que en España es mínima en el programa», denuncia Domingo.
Este valenciano asegura que sus hijos se sienten «contentos, firmes y decididos a ser libres». Y ello pese a que, según Domingo, el centro educativo les discrimina. «A los alumnos que tienen un comportamiento inadecuado se les lleva a un aula de convivencia. A nuestros hijos no se les pone ningún profesor y somos los propios padres los que tenemos que acudir en esas horas al colegio para estar con ellos mientras dura la clase», se queja y añade que ellos «pierden horas» aunque asumen que es parte del precio que hay que pagar «por ser libres».
De los 100 alumnos que están objetando a Ciudadanía, la mayoría se concentran en la provincia de Alicante, donde hay entre 40 y 50. «A ellos se suman otros 35 en Valencia y 15 más en Castellón», explican desde Fedel.
Todos ellos suspenden la materia por no asistir a esta clase. Ciudadanía se imparte en 5º de Primaria, en 2º de ESO y 4º de ESO, aquí con el nombre de Educación Ético-Cívica. «Nuestros hijos se ven obligados a tener un mejor expediente para promocionar de curso porque ya sólo pueden suspender otra asignatura más».
Ciudadanía también se da en 1º de Bachillerato dentro de Filosofía «Aquí no pueden dejar de ir a clase porque ya hay que aprobarlas todas para obtener el título», cuenta.
¿Cuáles son los principales puntos conflictivos de Ciudadanía? Domingo pone el acento en dos. Uno de los más polémicos es el referido a la educación sexual. «La materia entiende que los adolescentes pueden vivir su sexualidad desde la doctrina hedonista, donde el placer es el valor supremo. Además, se desprende la idea del aborto como parte del concepto de salud sexual y reproductiva y omitiendo que es la eliminación de un ser humano», alerta Domingo.
[…]

21.04.11 - 00:58 -
B. LLEDÓ | VALENCIA


REFLEXIÓN 

En este artículo nos encontramos con la opinión en contra de muchos padres de que sus hijos cursen esta asignatura.

No se sienten identificados con muchas de las cosas que se imparten en esta asignatura, y se acogen a su libertad de elegir si cursarla o no.

Es una asignatura con alto matiz ideológico, en el sentido de que se imparten valores, y se puede hablar de temas como el sexo, el aborto, etc. Que pueden causar disonancias entre los padres.

Sin duda la última palabra la tienen las familias y no el Estado.

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