10 marzo 2011

Autobiografía

Soy Patricia García, y nací el 1 de Diciembre de 1990.

Mi primer colegio fue la Divina Pastora, al que fui desde los 4 años hasta los 17. Mi experiencia vista desde ahora, que ya han pasado 3 años, no fue muy buena. Repetí tercero de Educación Secundaria.
Mi experiencia no fue negativa por eso, sino porque nunca sentí el apoyo de los profesores en el ámbito académico, ya que ningún motivo personal me dificultaba el rendimiento. Quise dejar los estudios al finalizar la Educación Secundaria, pero gracias a la insistencia de mis padres empecé mis estudios de Bachillerato.

A partir de aquí mi situación cambió por completo. Comencé en el colegio Asunción-Vallecas. Encontré muchos tipos de profesores, pero todos conseguían motivarme y nos apoyaban por completo. Recuerdo una profesora con especial cariño, mi tutora de segundo de Bachiller, una religiosa del colegio que me impartía Geografía e Historia.
Otra de las profesoras que también me marcó fue la profesora de Filosofía.

Todo fueron buenas experiencias, y mi visión del estudio cambió. Cada día tenía ganas de superarme, y de llegar a la meta que quería. Conseguí esa meta, y gracias a ello estoy realizándola.

Cuando empecé Bachiller, comencé a trabajar en el colegio Obispo Perelló como instructora de un grupo de 12 niñas de 3 a 5 años, para hacer juegos, ejercicios de psicomotricidad,etc. y al final de curso los dos años que estuve trabajando tuve que hacer un festival.
Este año ya no estoy trabajando, ya que el horario no lo podía compaginar, pero sin duda fue una de las mejores experiencias de mi vida, y aprendí mucho.

No siempre quise estudiar Educación Infantil, pero si desde que comencé Bachillerato.
Me decidí por completo cuando veía a esos profesores entregados por completo en sus clases, en transmitirnos valores y en darnos la mejor educación posible. Su afán de enseñar, y de ver como sus alumnos iban progresando y progresando, y tener la satisfacción personal de saber que lo que un día consigan, seria en parte, gracias a ellos.
Yo quería ser como esos profesores, pero con una diferencia, para mí son los niños.

Comencé mis estudios en Escuni con miedo, con miedos e inseguridades. El miedo de no estar segura de mi profesión escogida, el miedo a no valer para ello, o el miedo a descubrir que no me gustaba lo suficiente. Pero mis miedos han desaparecido, y se han convertido en ganas e ilusiones. En el primer semestre aprobé todas y sigo con ganas y fuerzas para poder superarme un poquito más.